El “street art” le habla a las personas. Es un personaje en una ciudad. Le da vida al espacio público o provoca discusiones por su naturaleza subversiva y disidente. En Madison el “street art” está surgiendo lentamente. Es un movimiento que se está abre camino por medio de piezas estéticamente agradables, sin ningún contenido político, pero con causas sociales muy fuertes. Por ello es MAD STREET ART: una historia en cuatro partes que explica cómo el arte callejero de Madison responde a su política.

 Esta es la historia del “street art” de Madison. Parte I de IV.

 Camine alrededor de la ciudad de Madison. Observe las paredes. La mayoría de ellas son paredes lisas. Observe State Street. Está lleno de negocios y paredes sencillas. Si acaso se puede encontrar “street art” aquí. Continúe caminando hasta llegar al capitolio y no encontrará “street art” que sea evidente. Es sutil. Está en forma de calcomanías o tags casi escondidas.

No le está brincando en su cara, pero ahí está. Está casi escondido, pero lo puede encontrar amontonado en el este de la ciudad en Cottage Grove Road, en las paredes de la tienda de street art Momentum Art Tech o a través de las paredes de Williamson Street.

Tiene que observar cuidadosamente porque está en una ciudad que históricamente ha prohibido estéticamente el street art. De acuerdo con Karin Wolf, la administradora del Programa de Arte de Madison, del departamento de Planeamiento Comunitario y Desarrollo Económico, esto es porque existen códigos de zonificación.

“El “street art” es una de las cosas que han sido históricamente prohibidas estéticamente en Madison. La estética viene de una perspectiva cultural diferente”, dijo Wolf. “También es porque los códigos de zonificación han sido establecidos para prohibirlo. Está impidiendo que todo un tipo de arte visual tenga la posibilidad de ser expresado”.

La habilidad expresiva de los artistas callejeros está innatamente ligada a una democracia, razón por la cual Wolf traduce esto como el derecho de expresión que una persona tiene y que no será detenido.

“Usted no puede detener a las personas. Puede intentarlo. Puede reprimirlo, pero igual vendrán de vuelta. Es nuestro derecho de nacimiento expresarnos, criticar y dar un sentido conjuntamente colectivo”, dijo Wolf.

Estas voces en el “street art” de Madison no están mostradas de manera evidente o explícita, en las paredes de la ciudad por medio de mensajes disidentes o subversivos. Está mostrado a través de una estética adorable de arte contemporáneo. Esta es la descripción que Mel Becker Solomon, curadora del Museo de Arte Contemporáneo de Madison, le da al “street art” de la ciudad.

“Cuando estoy en el campus universitario o Willy Street veo uno que otro “street art”, pero siempre es como: oh, ahí hay un corgi adorable. Es tierno y agradable y hay muchos murales que son hermosos,” dijo Becker. “Hay más murales grandes, pero esos son comisionados y no meramente puestos en las calles en horas tardías de la noche”.

Este “street art” “adorable”, casi siempre retratado en murales, también tienen una estatura política para Wolf, incluso si es solamente estéticamente agradable y hermoso.

“Creo que es igual de política el decidir que usted quiere hacer un mural hermoso de un montón de rosas en la pared de un edificio en su comunidad si su comunidad carece de belleza. Creo que eso es una declaración política. Solamente agregarle belleza a un espacio”, dijo Wolf.

El efecto de embellecimiento está en las comunidades de Madison por medio de proyectos de arte comunitario, creados por el programa de Dane Arts Mural Arts (DAMA). De acuerdo con Emida Roller, directora ejecutiva de DAMA, esto está representado con murales que conectan artistas sociales con poblaciones juveniles en riesgo, que entienden que alguien se preocupa lo suficiente por su comunidad.

“Esto solo le dice a la comunidad: alguien se preocupa lo suficiente por mí como para cambiarlo y subirnos el ánimo. Alguien se preocupa lo suficiente para escuchar lo que tenemos que decir y hacer algo al respecto con nosotros”, dijo Roller.

Y esa preocupación por las comunidades de la ciudad se traduce a Madison, intentando un poco de ternura, con el “street art” prohibido.